Si en algún momento tenemos la necesidad de alquilar un vehículo con conductor, seguro que vamos a esperar de éste un servicio atento y profesional. Durante nuestra experiencia seremos invitados en su vehículo y ello deberá materializarse en una actitud educada, correcta e impecable en los que a su labor se refiere. Las empresas especializadas en este tipo de alquileres cuentan incluso con una oferta de personal con perfiles concretos para conseguir que se adapte lo mejor posible a las características del usuario.
Nuestro trayecto en un vehículo con conductor debe ser totalmente seguro y satisfactorio. Disponer de un conductor se traduce en una mayor comodidad en el viaje y en poder disfrutar del trayecto desde una visión totalmente distinta a si fuéramos conduciendo. Este servicio está indicado en ocasiones señaladas como la asistencia y regreso a eventos sociales en los que no queremos preocuparnos por la bebida y sus consecuencias al volante. También se solicitan estos servicios para acudir a reuniones o congresos fuera de nuestra ciudad o encuentros familiares en las que no queremos estar pendientes de la carretera. Para todo ello la empresa que contratamos debe contar con un seguro que cubra cualquier imprevisto.
Nuestro conductor estará atento a la ruta y las incidencias de la carretera mientras que nosotros solo estaremos pendientes de nuestro viaje y de disfrutarlo. Para ello debemos exigir que se centre con absoluta profesionalidad en su cometido, en la carretera. Nuestro chófer estará bien formado, de manera continua y eficiente, y sabrá cuáles deben ser sus maneras y comportamientos para gradar y dar bien servicio. No deberá entrometerse en nuestro viaje o conversaciones sino ocuparse estrictamente de desempeñar con calidad su papel de chófer. Para un servicio impecable le vamos a pedir un perfecto conocimiento de la ciudad y sus rutas, al tiempo que un cuidadoso respeto a las reglas de conducción y las indicaciones de las vías.
Por supuesto que la imagen de un chófer debe ser impecable y estar acompañada con la ausencia total de consumo de alcohol u otras sustancias, además de tener un claro conocimiento del coche que conduce. Los conductores profesionales deben estar familiarizados con los posibles incidentes que sucedan en ruta, desde nevadas o lluvia a accidentes, atascos o cambios de ruta. Es conveniente que tengan conocimientos en primeros auxilios por si sucede alguna incidencia que lo requiera, tanto relacionada con el tráfico como por indisposiciones de los usuarios. Su carácter debe ser frío y sensato, sin aspavientos ni exaltaciones que provoquen nerviosismo en sus viajeros.
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